MOVERSE

Es de conocimiento general, al menos eso creo, que siempre será bienvenida una cachetada de realidad. Escribo "eso creo" porque no sé aún mi postura al respecto (¿o sí?)




Bueno, estos días han estado llenos de felicidad y cansancio, tanto que tengo hasta para regalar, y aunque a veces, los días se esfuercen en ser malos, mis infinitas ganas de moverme le ganan al fantasma pesimista que aparece de vez en cuando para aguarme la fiesta. Pero hace exactamente unos tres días, me dio un brote en las costillas y en los brazos que me tumbaron la felicidad
¿logran imaginarme en cama como antes?
(Yo nunca quiero que pase pero pasó y pasará).

Hasta hace unas semanas me di cuenta que había estado retrasando las publicaciones en el blog, no es que no haya querido escribirles (escribirme) pero lejos de que hayan sido meses jodidamente lindos, llenos de muchas satisfacciones personales y colectivas, ni siquiera he podido sentarme a releer la infinidad de cosas que anoto en mi libreta, en las notas de mi celular o de ponerme a filosofar sobre alguna conversación importante que haya tenido, y creo que sé por qué (de manera consciente o inconsciente ) había decidido no volver a escribir en un tiempo, hasta hoy.


A modo de resumen puedo contarles algunas cosas: después de mi cumpleaños en la playa, todo pasó muy rápido, y es que si vamos más atrás, cuando regresé de dictar en la Sierra, mi vida se llenó de trabajos placenteros; estuve y estoy involucrada en la creación de un bello montaje escénico que lejos de confrontarme con la realidad de mi país, me confronta conmigo misma todo el tiempo, estrenamos hace unas semanas y siento que aún nos queda un bello camino por recorrer juntas; por otro lado, por fin pude darle marcha a un proyecto que tenía atracado en el pecho, se llama CAPAZ, investigamos la ceguera y sus infinitas posibilidades de capacidad, este proyecto está incrustado en mi cerebro hace unos años y no pienso abandonarlo jamás; finalmente, viene lo bueno, estoy en un trabajo estándar, de esos en los que pasas varias horas en una oficina y frente a la computadora, la verdad de la milanesa, no es tan doloroso como pensaba porque gracias al universo mi mejor amiga me acompaña en esta aventura. Con este último trabajo me he dado un poquito de la calidad de vida que merezco (aunque ya casi acaba), he podido comprar mejor medicina, ir a mejores terapias y algunas veces evitar el asqueroso tráfico limeño.

Mayo y Junio lejos de resaltar algunos temas y/o fantasmas en mi cerebro con el día mundial de la Fibromialgia y el Síntoma de Fatiga Crónica, el día de las madres y del padre, un estreno y muchas otras cosas hicieron que en lugar de enrollarme en mi cama por algún brote o porque sentía cansancio extremo opte por tener una postura diferente: MOVERME.




@ventanamental

Así fue que intenté tener “la vida normal” que siempre quise desde que me diagnosticaron la enfermedad (pero siempre tratando de cuidarme), cada vez que quería parar y acurrucarme por ahí, mi mente me taladraba un spot publicitario que (vi el primer día que me diagnosticaron la enfermedad) se hizo en pro de las personas con fibromialgia, en este video dan su testimonio los familiares y amigos de una persona enferma, y lejos de contar una dolorosa historia, todos terminan con un bello compromiso: “yo me muevo por los que no pueden”.

Y entonces...decidí MOVERME, salí de mi capullo de oruga y volé, mis bellas alas se extendieron por el cielo de nuestra querida Lima gris. Hice mucho teatro, nadé y dejé de hacerlo, caminé, fui a reuniones gratas e incómodas, me ilusioné, escribí para otros, probé otras terapias, fui a fiestas, celebré, lloré, viví (Y vivo a mi forma el mundial), reí y me enojé mucho, me frustré y en eso estoy pero fui y soy feliz.

Pero hay días que duelen, son tan felices que duelen en todo el cuerpo y yo ya llevaba acumulando varios por al menos dos meses, todo sucedió muy rápido y cuando menos lo esperé...estaba en cama, sin moverme otra vez.

ME HABÍA DEDICADO TODOS ESTOS MESES A MOVERME SIN PARAR Y SI LO HACÍA SÓLO DEBÍA SER POR UN RATO. PORQUE NO QUERÍA SENTIRME INCOMPETENTE NI FRUSTRADA OTRA VEZ. PORQUE QUERÍA MOVERME POR LOS QUE NO PUEDEN.

@ventanamental
Porque llegué a creerme (a ratos) que no estaba enferma y que nunca me había enfermado, y con todo esto fui muy feliz, fui raramente feliz creyendo que tenía una vida normal.

Era un universo dónde me sentía igual que el resto, dónde los otros me veían de forma normal, dónde sí, claro que me cuidaba extra pero eso qué importa, me sentía bien y eso era lo único que me permitía seguir en MOVIMIENTO.

Siempre he creído que de los errores uno aprende, con mucho o poco tiempo pero aprende, y tampoco creo que todo esto haya sido un error pero ya me estaba pasando de vueltas. Creo que aprendí cómo funciona mi cuerpo en infinidad de circunstancias (antes no me atrevía ni siquiera a imaginarme trabajando de lunes a viernes, ensayando dos obras a la vez y etc.) Y lo supe manejar MUY BIEN.

La fibromialgia se volvió, de verdad, invisible. Y fui, otra vez voy a escribirlo, MUY FELIZ, pero algo en mí sabía que no estaba haciendo lo correcto, y es que cuando uno se hace consciente de sus pensamientos, el resto viene por añadidura.

La realidad me pegó la verdadera cachetada, esas de las que son necesarias porque sí.

Hice una cita para la «terapia tortura» (así le digo yo), hacía aproximadamente dos semanas que había pasado sin asistir a una, bueno, fui y quedé destruida, lloré mucho por dentro y por fuera y…(otra vez) quise hacerme bolita en la cama para llorar por la estúpida condición que tengo y que me había casi negado en estos últimos meses. Y lo hice, me quedé en cama, porque mi mente y cuerpo lo necesitaban, así que ahí estuve, echada, mirando al techo, como antes...y ME SENTÍ PÉSIMO, SENTÍ QUE HABÍA PARADO Y ME HABÍA DECEPCIONADO A MÍ MISMA, QUE NO ME ESTABA MOVIENDO POR OTROS, NI SIQUIERA POR MÍ.

Pero ¿saben qué? me he pasado ya más de un año trabajando en mi cuerpo, mente y espíritu desde que me diagnosticaron esta enfermedad y creo que TODO MI ESFUERZO valió (y vale) la pena.

Me dije a mí misma tres cosas:
Llora, llora todo lo que quieras porque duele (y mucho) ahora y no porque te matas pensando en qué hiciste mal para que suceda; cuando acabes de llorar, mírate al espejo y NO VEAS UN ROSTRO TRISTE, mira tu alma, mira que por dentro estás sanando y sólo necesitas regar algunas semillitas para que florezcan en tu corazón; y por último, sé consciente de este momento, guardarlo, no para que lo recuerdes como una derrota sino para que sea el móvil de muchas batallas por ganar.




Bueno, todo pasó, las compresas, el sueño eterno, el cannabis, los desinflamantes de emergencia, la electricidad y mi adorada manzanilla me hicieron regresar al mundo de los vivos, ahora estoy mejor tratando de cuidarme más para al menos premiarme con una cerveza la próxima semana.





Aquí viene lo que he tenido guardado en estos días:
Me he dado cuenta que no es cuestión de moverse todo el tiempo, osea, está bien parar, tomar un respiro, descansar y mirar el panorama, pero más allá de eso hay algo trascendental que se va a quedar en mi cabeza para siempre y es que tenemos que ser CONSCIENTES de nuestro propio ritmo, sí, ser conscientes de dónde, cómo y para qué nos movemos y desde ahí tomar las pausas que queramos.

¿Qué hace un artista cuando no puede moverse? cuando su mente es bombardeada de ideas nocivas que la atrapan en un círculo sin sentido ni salida, bueno, hace lo que mejor le sale hacer...CREA, desde su mierda crea. Digamos que el arte tiene una capacidad de transformación infinita y felizmente la encontré (por voluntad propia o colectiva).

Las personas siempre estamos buscando una forma de expresar lo que sentimos, y bueno, “creo” que encontré la mía, lejos de escribir a modo de catarsis últimamente me he preguntado ¿qué es lo que me hace escribirles o por qué a veces no quiero hacerlo? y la respuesta es que escribirles (para mí) es ser consciente de lo que siento y quiero, por eso como lo expliqué líneas arriba en estos meses “el acto de ser consciente” me abandonó un poquito, pero gracias, gracias por leerme y ESTAR.

En cuanto a mi "normalidad" entendí que puedo crear un universo en el que sea "normal" desde mi sposibilidades, a parte, el estándar está muy sobre valorado en estos últimos tiempos.

Los invito no sé si a escribir pero sí a pensarse, a ser conscientes de sí mismos y sobretodo a cuidarse mucho que (aunque a veces no lo creamos) la vida es bella.

Vamos un día a la vez.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares